La Quinta Micomicona
El Centro de la Diversidad Cultural ocupa las instalaciones de la
antigua Quinta Micomicona, ubicada entre la Avenida Zuloaga y la calle América
de la urbanización Los Rosales, Parroquia San Pedro de Caracas.
La Quinta Micomicona fue
proyectada y construida el pasado siglo XX en la década de 1940 en los
terrenos de la hacienda Espino del Valle, donde se cultivaba la caña de azúcar.
Surge la urbanización Los Rosales como una zona exclusivamente residencial y el
ingeniero-arquitecto Oscar Zuloaga Ramírez diseña y construye esta casona
familiar que al concluirse lleva el nombre de “Micomicona” en alusión al
célebre personaje de la novela Don Quijote de la Mancha.
En esta misma edificación de
estilo neocolonial residió el ingeniero Zuloaga junto a su esposa Luisa Elvira
de las Casas Negretti, y a sus hijas Diana y Luisa “La Nena” Zuloaga de las
Casas, mejor conocida como la “Nena” Palacios, quien destacará en el medio
cultural caraqueño como pintora, grabadora y ceramista, y le dará notoriedad a
la casa de familia por la diversidad de actividades culturales que promoverá en
su interior. Figuras de gran prestigio intelectual como Ignacio Villa “Bola de
Nieve”, Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Rafael Alberti,
Miguel Otero Silva, Alejandro Otero, entre otros son algunos de los más
destacados visitantes de esta casa de la “Nena” Palacios, quien funda en el
taller de arte Otepal que dará paso al Taller de Artes Gráficas (TAGA).
En los años ochenta el inmueble es
adquirido por el Ejecutivo Nacional para destinarlo al uso cultural
cediéndolo en custodia a la Fundación de Etnomusicología y
Folklore, organismo que es sustituido por el actual Centro de la Diversidad
Cultural que en nueva gestión asume a plenitud su recuperación y mejoras
abriéndolo al uso público.
La antigua Micomicona, transformada en sede principal del Centro
de la Diversidad Cultural, fue acondicionada para ofrecer permanentemente en
los espacios externos de la planta baja, sucesivas muestras de la condición
multiétnica de Venezuela y de la mayoría de los países de América Latina y el
Caribe, mientras la planta alta es aprovechada en el funcionamiento de
numerosas oficinas y salas de reuniones. De manera sucesiva y permanente a
partir del año 2006 se han realizado obras y mejoras para la recuperación
de sus espacios, incluidas intervenciones artísticas entre las que
destacan los murales y vitrales creados por Gladys Meneses y la instalaciones
del escultor Ramón Morales Rossi que refuerzan la conservación del lugar
Bajo la orientación del
Arquitecto Hernán Zamora, se diseñan nuevos espacios y se han agregado otras
áreas de servicio a favor del máximo aprovechamiento del lugar, que cada año
ofrece cientos de actividades públicas, exposiciones muy diversas, recitales de
música y cantos venezolanos y latinoamericanos, además de constantes muestras
de danzas y múltiples eventos internacionales, conferencias, talleres,
proyecciones de cine y videos, actividades recreativas para niños y adultos en
constante vinculación a estos espacios, que además prestan distintos servicios
sociales a los colectivos organizados en Consejos Comunales y otro tipo de
asociaciones, convertidas en guardianes de la antigua edificación de Los
Rosales.
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